BS"D || Rabbi Geier
Haazinu 5780
Quién pudiera despedirse de este mundo cantando...
Aún resuenan en nuestros oídos las melodías de Iamim Noraim. Aún resuenan las voces de coro de la CHG sumando fuerza y Kavaná a nuestra tefilá. Si pudiéramos elegir, quizás, al igual que Moshé en Parashat Haazínu, también eligiríamos despedirnos, cuando dentro de muchos años nos toque, cantando y rodeados de seres queridos.
Moshé pide testigos para todo lo que viene enseñando en sus últimos días. Y elige nada menos que los cielos y la tierra.
En un bellos paralelismo con Irmiahu, Moshé pide a los cielos que escuchen su canto y a la tierra que lo oiga, mientras que el segundo pone de testigo cercano a la tierra y a los cielos más alejados. Nuestros sabios interpretaron la cercanía de Moshé al Kadosh BarujHu, en contra posición con quien estaba más ligado al pueblo desde lo terrenal.
Haazínu es un canto que utiliza la imágen de la lluvia como alimento imprescindible para los seres vivos, para colocar a nuestra Torá como alimento fundamental para nuestro pueblo. Nosotros como peces en ese agua vital podemos sobrevivir y desarrollarnos.
Si tomáramos este poema sólo como una nueva serie de advertencias, no le estaríamos haciendo justicia a lo que entendemos era la intención del profeta de los profetas. Un canto, un recitado se introduce de alguna manera indeleble en nuestras mentes de manera de perdurar mucho más efectivamente que una lectura o un discurso.
Y luego de días y días de repaso de las enseñanzas que quedarían por siglos en nuestro pueblo, el imprimirle una fórmula diferente, la poesía o el canto, a esa misma enseñanza para que se asentara aún más en la memoria colectiva de Bnei Israel, es un recurso sumamente ingenioso en un texto tan milenario.
Siempre se habla de esta parashá como la que contiene el resúmen de la historia de Am Israel. Y que el poner a los cielos y la tierra como testigos de esa historia nos compromete eternamente como miembros de ese pueblo a mantener la historia viva.
Viendo como la mismísima Torá intenta recursos para mantener la memoria y el recuerdo presente en cada relectura del texto, se me hace una suerte de desafío a cada uno de nosotros: cómo es que no vamos a buscar la forma de que cada uno de nosotros mantenga vivo el recuerdo, el pacto, el compromiso?
Es un desafío personal que Moshe nos hable en forma de canto o poesía. Es un desafío a que no olvidemos, a que no dejemos pasar una relectura más de la Tora, sin comprometernos a involucrar en este inmenso legado a nuestros hijos, a nuestros nietos y a nostoros mismos.
Haazinu nos invita a ser testigos, tanto como lo son los cielos y la tierra, todo tiempo que tengamos vida y nos sigamos alimentando de esta increíble agua de lluvia que nos nutre.
Tengamos la imaginación abierta para idear nuestras propias formas de hacer ese mensaje y ese legado perdurables.